¿PUEDE SER EL TURISMO SOSTENIBLE?

La respuesta es claramente sí. Cada vez más, el sector turístico está teniendo en cuenta la sostenibilidad en el desarrollo de su actividad. Y no es por casualidad. Un estudio realizado por el Grupo Hotusa ponía de manifiesto que el 65% de los clientes, a igualdad de precio, elegirían un alojamiento sostenible. Y aunque factores como el precio siguen siendo determinantes para la gran mayoría, el 66% de los encuestados aseguraba informarse previamente de las medidas de sostenibilidad del hotel.

Los alojamientos tienen muchas opciones o vías para intentar ser más sostenibles, de hecho, muchas cadenas hoteleras y alojamientos llevan años dando pasos en esta línea y están optando por certificar sus esfuerzos en este ámbito mediante la obtención de sellos o certificados como Travelife, que visibilizan el trabajo realizado.

Los hoteles y establecimientos pueden trabajar en muchos ámbitos para mejorar la sostenibilidad del servicio que ofrecen:

  1. Mejorar la gestión de sus residuos. Trabajando desde la prevención, los hoteles generan una gran variedad de residuos, desde lo orgánico, que pueden tratar para obtener compost, hasta residuos peligrosos
  2. Ahorro y eficiencia energética. Las actuaciones pueden ser múltiples, desde modificar el tipo de iluminación o incorporar elementos como detectores de presencia, hasta actuar en la envolvente térmica del edificio o en las instalaciones para mejorar la eficiencia energética.
  3. Eliminación de sustancias tóxicas. Apostar por productos biodegradables o evitar el uso de cloro en piscinas, pueden ser medidas que valoren los hoteles.
  4. Energías renovables. Existen múltiples opciones, desde el uso de placas fotovoltaicas, que pueden ubicarse en tejados, hasta aprovechamiento de otras energías limpias como la geotermia. También es posible contratar energía que tenga un certificado de procedencia 100% renovable. Estas medidas contribuyen a la reducción de la huella de carbono que generan un huésped cada noche que pernocta en el hotel.
  5. Compra de productos locales, de temporada y ecológicos. De esta forma se apoya a la comunidad local, se reducen las emisiones asociadas al transporte y se promueve la apuesta que supone la agricultura ecológica.
  6. Fomento de la movilidad y transporte sostenible. Contar con una flota de vehículos eléctricos, puntos de recarga y conexiones con estaciones, aeropuertos, etc. A través de vehículos colectivos.
  7. Ahorro y gestión eficaz del agua. La utilización de elementos de ahorro en las propias habitaciones, la utilización de aguas depuradas para el riego de jardines o la mejora de la eficiencia en servicios como la lavandería, son líneas de acción primordiales. Los hoteles tienen la obligación de reducir su huella hídrica.
  8. Formar a los trabajadores. La implantación de medidas, para que sean eficaces, requiere de la adecuada formación de todo el personal, desde los que se dedican a la atención directa de los clientes hasta los técnicos de mantenimiento o los servicios de limpieza de las habitaciones. La formación es clave para éxito.

Cada vez son más los hoteles comprometidos con el planeta y las personas, pero queda mucho camino por recorrer. Por ello, se necesitan profesionales adecuadamente formados, que puedan actuar en los múltiples ámbitos (residuos, agua, ahorro y eficiencia energética, energías renovables, etc.) que pueden contribuir a reducir los impactos del turismo.

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