LAS TERMITAS, EL ENEMIGO INVISIBLE

Las termitas son unos insectos sociales, que construyen termiteros, sus nidos, y se alimentan de los nutrientes que hay en la celulosa. Para poder digerir la celulosa establecen una simbiosis con protozoos que habitan en su intestino y que son capaces de digerirla y liberar los nutrientes.

Tienen una organización en tres castas donde los individuos llevan a cabo distintas actividades; por ejemplo, las obreras realizan el mantenimiento de la colonia, mientras que los soldados se encargan de defenderla y los reproductores (rey, reina, alados y neoténicos) realizan puestas de huevos.  El rey y la reina son capaces de inhibir el desarrollo del aparato reproductor de la colonia para ser los únicos capaces de poner huevos. Esto lo hacen mediante la liberación de feromonas.

Existen varios tipos de termitas, pero, las que causan mayor daño a la población humana son las termitas subterráneas, que afectan principalmente a los edificios y dañan sus estructuras, convirtiéndose en plagas capaces de acabar con edificios enteros.

El caso de la termita subterránea en Canarias

En un mundo cada vez más globalizado la llegada de especies invasoras y la aparición de plagas es algo que ocurre cada vez con más frecuencia. Así, en Canarias se trabaja incesantemente por controlar a la Reticulitermes flavipes, una especie de termita que a pesar de ser originaria de América, llegó al archipiélago y consiguió adaptarse a las condiciones y clima de las islas. Esta especie de termita lleva años causando importantes daños a los edificios, al patrimonio cultural y a las plantas y cultivos. Su presencia fue detectada por primera vez en el año 2010, en la isla de Tenerife, aunque podría estar presente desde 2007. Son incesantes los esfuerzos realizados en Canarias por diagnosticar y controlar adecuadamente su presencia.

Esta especie de termita es subterránea y no realiza grandes desplazamientos, (los individuos alados pueden desplazarse entre 150-400 metros buscando reproducirse y fundar nuevas colonias), pero el problema principal radica en el transporte accidental provocado por las actividades humanas, que es la principal causa de dispersión de la especie.

Porque el hecho es que una sola colonia puede albergar hasta un millón de individuos. Por ello, las consecuencias de su presencia pueden ser devastadoras, debido a su acción silenciosa. Por tanto, es necesario conocer perfectamente a la especie, su comportamiento, su ciclo de vida, los patrones de alimentación o cómo se pueden realizar diagnósticos tempranos de su presencia. Territorios como el archipiélago canario son conscientes de ello y por ello el año pasado se celebró en Tenerife un congreso internacional que reunió a expertos de múltiples países que para compartir sus experiencias, estrategias y conocimiento para el control de plagas de termitas.

Globalización y cambio climático

La globalización y el transporte de mercancías a lo largo de todo el mundo están favoreciendo el desplazamiento de las especies, que han conseguido llegar y desarrollarse en otras regiones del mundo. Los cambios de temperatura, precipitaciones, etc. Provocados por el cambio climático están facilitando que las especies sean capaces de adaptarse y de vivir en regiones donde antes no tenían presencia y no serían capaces de prosperar.

Por ello, es necesario que trabajadores de ámbitos profesionales muy distintos (arquitectos, ingenieros, empresas de obras y rehabilitación de edificios, administraciones públicas), sean conocedores del problema y colaboren desde su campo de actuación en la prevención, diagnóstico y erradicación de las termitas. La acción conjunta de todos ellos es clave. 

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