27 May PRÁCTICAS AGRÍCOLAS Y DESAFÍOS GLOBALES
Para satisfacer las necesidades alimentarias de una población mundial en crecimiento y, al mismo tiempo, mejorar las condiciones de producción de alimentos y otras materias primas naturales, el sector agrícola debe enfrentar un desafío sin precedentes en los próximos años: aumentar la productividad de sus sistemas optimizando el uso de recursos cada vez más escasos, como suelos fértiles, agua y biodiversidad, en primer lugar.
Las enormes dificultades que está experimentando, cada vez más evidentes en esta fase de cambios climáticos con eventos atmosféricos extremos más intensos y frecuentes, que hacen que los productores y consumidores sean cada vez más vulnerables, imponen una transformación en el sector que tenga en cuenta su impacto en el medio ambiente, político y económico.
A las grandes empresas agrícolas que proponen como solución una agricultura 4.0, altamente tecnológica y enfocada en la reducción del impacto ambiental y el uso de recursos naturales, se les opone la idea de una agricultura regenerativa, promovida por las pequeñas comunidades rurales de todo el mundo. Estas comunidades ponen en el centro de su propuesta las prácticas agrícolas tradicionales, el uso de variedades locales y la valorización del papel del agricultor, con el objetivo de crear sistemas agrícolas resilientes que no solo reduzcan el impacto ambiental de los cultivos, sino que mejoren la fertilidad del suelo y aumenten la biodiversidad.
Este tipo de agricultura se basa en el uso de prácticas agrícolas diferentes según el lugar y las especies cultivadas, pero comparten algunas características comunes:
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- Salud del suelo: La salud del suelo es el corazón de la agricultura regenerativa. Se busca mejorar y mantener la calidad del suelo mediante la adición de materia orgánica, evitando la labranza excesiva y la compactación, y fomentando la actividad microbiana beneficiosa.
- Cobertura del suelo: Mantener el suelo cubierto es esencial para prevenir la erosión, mejorar la retención de agua y protegerlo de las condiciones climáticas extremas. Esto se logra a través de cultivos de cobertura y prácticas como la siembra directa.
- Diversidad de cultivos: La rotación de cultivos y la diversificación de especies cultivadas ayudan a romper los ciclos de plagas y enfermedades, promueven la biodiversidad y mejoran la salud del suelo.
- No disturbio: La labranza mínima o nula reduce la erosión del suelo y preserva su estructura y microbioma natural. Esto permite que los suelos almacenen más carbono y retengan más nutrientes.
- Integración de árboles y arbustos: La integración de árboles y arbustos en sistemas agrícolas puede proporcionar sombra, refugio para la fauna, fijación de nitrógeno y otros beneficios, además de aumentar la diversidad en el paisaje agrícola.
- Incorporación de la ganadería a la producción agrícola: Es una estrategia que combina la producción de cultivos y la cría de ganado en un sistema agrícola unificado. El pastoreo puede ayudar a controlar la vegetación no deseada y mejorar la estructura del suelo al romper la compactación y los excrementos de los animales proporcionan fertilizantes naturales ricos en nutrientes.
- Uso de prácticas agroecológicas: Se promueven prácticas basadas en la ecología, que buscan trabajar con la naturaleza en lugar de contra ella. Esto incluye la promoción de relaciones beneficiosas entre los cultivos, la fauna y la flora.
- Gestión eficiente de recursos: La gestión adecuada de agua y otros recursos es fundamental para la agricultura regenerativa. Esto incluye el uso de sistemas de riego eficientes y la conservación de agua.
- Biodiversidad y hábitats naturales: Se promueve la creación y conservación de hábitats naturales en la agricultura para fomentar la biodiversidad y mejorar la resiliencia del ecosistema agrario.
- Ciclos cerrados de nutrientes: Se busca reducir la dependencia de fertilizantes químicos sintéticos mediante la recopilación y reciclaje de nutrientes a través de prácticas como el compostaje y la utilización de estiércol.
- Participación y comunidad: La agricultura regenerativa a menudo involucra a la comunidad local y fomenta la colaboración entre agricultores, científicos y otros actores para abordar los desafíos y promover prácticas sostenibles.
La aplicación de estos principios basados en la ecología genera sistemas agrícolas más resilientes en muchos aspectos:
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- Aumento de carbono orgánico en el suelo: Se ha informado que la agricultura regenerativa puede aumentar significativamente el contenido de carbono orgánico en el suelo. Por ejemplo, algunos estudios han demostrado aumentos de hasta un 20% en el contenido de carbono en el suelo en sistemas agrícolas regenerativos.
- Mejora de la retención de agua: Las prácticas agrícolas regenerativas, como la adición de materia orgánica al suelo y la reducción de la compactación, pueden aumentar la capacidad del suelo para retener agua. Esto puede llevar a una reducción de la erosión y una mayor disponibilidad de agua para los cultivos.
- Reducción del uso de agroquímicos: Los sistemas agrícolas regenerativos a menudo buscan reducir la dependencia de pesticidas y fertilizantes químicos sintéticos. Esto puede resultar en ahorros económicos, en la disminución de la contaminación ambiental y de problemas sanitarios relacionados con el utilizo de estos productos.
- Mayor biodiversidad: La diversificación de cultivos y la promoción de hábitats naturales en la agricultura regenerativa pueden aumentar la biodiversidad en las explotaciones agrícolas. Esto incluye una mayor presencia de insectos beneficiosos, aves y otros organismos.
- Resiliencia a eventos climáticos extremos: Se ha informado que los sistemas agrícolas regenerativos tienen una mayor resiliencia frente a eventos climáticos extremos como sequías e inundaciones, se ven menos afectados por estos eventos y recuperan su productividad más rápidamente.
- Mejora de la seguridad alimentaria de las comunidades: Permite a los agricultores obtener diferentes tipos de productos a lo largo de todo el año en una superficie limitada de tierra, mejorando así la disponibilidad y la calidad de los alimentos.
Este enfoque integral del sistema agrícola, además de mejorar su impacto ambiental, se centra en la resolución de problemas sociales, económicos y políticos relacionados con este sector. Las poblaciones rurales a menudo están muy aisladas del entorno urbano, tienen dificultades para acceder a servicios de salud y educación, y son las más vulnerables a los cambios climáticos.
A pesar de sus numerosos beneficios, la agricultura regenerativa aún enfrenta desafíos significativos. La transición de sistemas agrícolas convencionales a prácticas regenerativas puede requerir inversión, educación y apoyo gubernamental. Además, se necesita investigación continua para optimizar las técnicas y adaptarlas a diferentes regiones.
El futuro de la agricultura regenerativa es prometedor. A medida que más agricultores y comunidades abrazan esta filosofía y se promulgan políticas de apoyo, podemos esperar un aumento en la sostenibilidad de la agricultura a nivel global. La agricultura regenerativa ofrece una visión esperanzadora de un mundo en el que la producción de alimentos y la conservación de la tierra van de la mano, creando un futuro más verde y saludable para todos.
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