procesos de limpieza y desinfección

¿CÓMO VALIDAR LOS PROCESOS DE LIMPIEZA Y DESINFECCIÓN EN TIEMPOS DE DESESCALADA?

Iniciamos la llamada desescalada y muchos son los cambios que vamos a tener que llevar a cabo en nuestros puestos de trabajo. No hay que olvidar que estamos ante una «nueva normalidad», pero la enfermedad Covid 19 sigue estando entre nosotros y no parece que vaya a desaparecer, al menos a corto plazo.

Así pues, hay que cerciorarse de que, aunque estemos conviviendo con el Coronavirus, esto no debe suponer ningún riesgo para las personas. Como ya sabemos, existen técnicas de limpieza y desinfección que han demostrado tener buena eficacia contra el desarrollo del virus en locales y superficies, así como buenos desinfectantes aéreos. Para más información, podemos consultar el listado de virucidas aprobados por el Ministerio de Sanidad.

Como norma general, no podemos recomendar emplear otras técnicas que no hayan sido aprobadas por el Ministerio ya que su eficacia virucida todavía está pendiente de demostrar, así como sus protocolos de aplicación.

Todos los productos anteriormente mencionados sí que tienen una eficacia virucida demostrada y validada para otros Coronavirus y varios grupos víricos como Influenza H1N1 (virus de la gripe). Sin embargo, el CoV-SARS-2 es tan sumamente nuevo que no deberíamos conformarnos con aplicar los productos correctamente sino que, de cualquier manera posible, deberemos demostrar la ausencia de este Coronavirus, al menos en cantidades peligrosas en las áreas tratadas. Existen pues técnicas muy específicas para validar los tratamientos.

Lo primero sería definir el concepto de validación, y para que no se confunda con «verificación«, vamos a explicar el significado de ambos:

  • Verificación: Se refiere a comprobar que los métodos o productos químicos se aplican conforme al protocolo establecido, generalmente las instrucciones o indicaciones de las Fichas Técnicas o del fabricante. Como la propia palabra indica, consiste en «ver» que las cosas se hacen como está estipulado.
  • Validación: Se refiere a comprobar si los métodos o productos empleados consiguen realmente su objetivo, que en este caso es la limpieza y desinfección. Es decir, comprobar si el método usado «vale» para conseguir la correcta limpieza y desinfección.

La validación, por tanto, debe ser complementaria a la verificación y debe llevarse a cabo mediante analíticas diversas que ofrezcan datos objetivos y que marquen claramente si el resultado es correcto o no, y en el caso de no ser así, muy probablemente haya que redefinir estos métodos.

Validar la limpieza puede ser relativamente fácil, porque podemos comprobar a simple vista si está limpio o no, sin embargo, debemos recordar que la desinfección no se puede validar visualmente, ya que aunque una superficie, local o ambiente esté limpia, pueden sobrevivir varios organismos infecciosos, como virus, bacterias, etc., que no son visibles a simple vista.

Por ejemplo, según el estudio estadístico de BRC Food Safety Global View, del estándar de certificación en seguridad alimentaria BRC Global Standards, el análisis de los datos obtenidos en 17.113 empresas durante los últimos años muestran que las no-conformidades más frecuentes a nivel global están relacionadas con la Documentación de los Procedimientos de Limpieza, con una tasa del 18%.

Especialmente el mantenimiento y la higiene presentaron el grupo de criterios más problemático, lo que sugiere que las empresas, de todas las categorías, necesitarían mejorar sus sistemas de mantenimiento y limpieza.

¿Cómo podemos validar nuestros procesos de limpieza y desinfección?

La única manera es contar con un laboratorio especializado que nos realice analíticas. Pero previo a la realización de analíticas debemos establecer un protocolo de muestreo, que queda definido también en los métodos de validación. Se pueden tomar muestras de agua, superficies y aire.

  • Muestras de agua: Se recogerán en envases estériles y en el caso necesario se añadirán conservantes o neutralizantes de los biocidas, ya que de lo contrario al laboratorio podrían llegar las muestras adulteradas. Se debe procurar que el tiempo que transcurre entre el muestreo y el análisis sea lo mínimo posible y que la muestra esté en todo momento correctamente transportada e identificada, evitando condiciones de temperatura y humedad extremas. La muestra se debe recoger de un punto significativo, y a poder ser, se arrastrarán lodos y suciedad.
  • Muestras de superficie: Existen diversos métodos para obtener una muestra de una superficie pero, básicamente, todos consisten en frotar la superficie con un medio estéril (torundas, hisopos, etc.), y transportarlos al laboratorio. En caso de que seamos nosotros los que tomemos muestras deberemos seguir al pie de la letra las instrucciones que nos haya facilitado el laboratorio.
  • Muestras de aire: Se obtienen mediante aspiradores estandarizados que toman una muestra de un cierto volumen de aire para luego transportarlo al laboratorio.

A la hora de analizar microorganismos, debemos distinguir entre los métodos de cultivo de bacterias y de virus. Recordemos que los virus no pueden reproducirse por sí solos, y las bacterias sí, por eso las técnicas de cultivo y amplificación son diferentes.

  • Para virus: El método más usado es la técnica de PCR (Reacción en Cadena Polimerasa), que consiste en amplificar el material genético del virus (ADN o ARN) para poder visualizarlo y compararlo con un patrón. Es el método más fiable que determina la presencia de virus que hay en el medio con bastante precisión y además muy específico, para detectar si por ejemplo, tenemos en nuestro medio el CoV-SARS2 o cualquier otro virus. Para el caso del Coronavirus se están desarrollando otras técnicas como tecnologías ópticas ya existentes combinadas con Inteligencia Artificial (IA).
  • Para bacterias y similares: Además de la PCR, que también se puede utilizar, se puede usar cultivo bacteriano. Lo más simple es introducir la muestra en un medio “apetecible” para la bacteria que queremos analizar, pero que elimine el resto, para no falsear resultados. Pasado un tiempo, las bacterias se reproducen generando unos “puntos” visibles, cada punto es una colonia de bacteria, por lo que se habla de Unidades Formadoras de Colonias o UFC. El cultivo bacteriano es un método muy extendido, aunque no es el único, ya que existen otros métodos como la inmunofluorescencia directa o la observación al microscopio.

Por último, independientemente del método utilizado para analizar la cantidad de microorganismos, para una correcta validación hay que comparar los resultados obtenidos con el límite de aceptación. Es por tanto de vital importancia establecer límites entre lo aceptable y lo inaceptable.

 

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