21 Oct PROCESIONARIA DEL PINO: UNA PLAGA MUY PRÓXIMA

Con el despertar de la primavera, la procesionaria del pino (Thaumetopea pityocampa) baja en procesión desde las copas de los pinos buscando el sustrato adecuado dónde poner los huevos.

Se trata de una plaga forestal que genera honda preocupación y supone un reto en el ámbito de la biología y el control de plagas.

Originaria de regiones europeas, esta oruga (lepidóptero) es considerada un problema que causa daños ambientales, forestales y de salud pública.

Vamos a tratar, en estas líneas, con detalle, la problemática que representa la procesionaria del pino. Destacaremos sus características biológicas y los riesgos asociados. Analizaremos diversas estrategias de control, desde métodos tradicionales hasta enfoques innovadores, para finalmente discutir conclusiones y perspectivas futuras en la gestión de esta plaga.

La plaga

La procesionaria del pino, perteneciente al orden lepidópteros (mariposas y polillas) es una mariposa nocturna cuya larva, una vez eclosionada, se convierte en una oruga altamente destructiva. Tiene una coloración entre negro y verde, con el cuerpo cubierto por pelos (tricomas) en elevado número (hasta medio millón por oruga). Se alimenta exclusivamente de las acículas de los pinos, debilitando progresivamente los árboles. Tienen un comportamiento gregario, formando procesiones en busca de alimento y sustrato para la puesta.

El riesgo

A los daños directos causados a los pinos, hay que añadir la amenaza que supone para la salud pública. En los seres humanos pueden provocar irritación en oídos, nariz y garganta, más o menos graves dependiendo del estado de salud del afectado y generando complicaciones respiratorias y dermatológicas. Son especialmente sensibles niños y ancianos. Nuestros animales de compañía, especialmente los perros, pueden verse severamente afectados si ingieren una oruga o sufren una picadura, incluso pueden morir.

Estos aspectos añaden una capa adicional de preocupación, elevando la necesidad de estrategias efectivas de control.

El control

El tratamiento tradicional es de tipo químico mediante la nebulización con insecticidas (cipermetrina o deltametrina), que actúan de manera específica sobre el sistema nervioso de los insectos. Este tratamiento tiene la desventaja de tener un impacto ambiental adverso y está sometido a restricciones para su uso en zonas urbanas. Por si no fuera suficiente, la resistencia desarrollada por la plaga y la afectación de otros organismos no objetivo, a pesar de su eficacia inicial, hacen cuestionar la sostenibilidad de este tratamiento.

Es el control biológico, la alternativa más sostenible y respetuosa con el medio ambiente e implica la introducción de enemigos naturales de la procesionaria del pino.

Por un lado, sus depredadores naturales: los más efectivos son el carbonero, el herrerillo y la abubilla, pero también, críalos, urracas, cuervos, cuco y murciélagos y de otro el fomento de la diversidad en los espacios urbanos de contribuya a mantener las poblaciones de la procesionaria bajo control de manera más equilibrada.

El uso de parasioides se ha revelado también como un tratamiento eficaz. Cabe destacar la bacteria Bacillus thuringiensis, que produce proteínas tóxicas para las larvas de lepidópteros y el hongo Beauveria bassiana, que infecta las larvas de la procesionaria y las mata.

Las trampas físicas y mecánicas también desempeñan un papel relevante en el control de la plaga. Las trampas adhesivas en los troncos de los árboles durante la fase de vuelo de las mariposas adultas ayudan a reducir la población de larvas. La eliminación de los nidos de procesionaria mediante técnicas mecánicas, como la poda selectiva, limita la propagación de la plaga.

En la búsqueda de soluciones más avanzadas caben citar dos: la endoterapia, consistente en inyectar en el tronco del pino una sustancia tóxica para el gusano (abamectina) que ascenderá por todo el xilema alcanzando todas las ramas y, la biotecnología que ha emergido como una herramienta prometedora en el control de plagas.

En resumen, como profesionales del control de plagas, estamos en el escenario adecuado para profundizar en el conocimiento de la biotecnología, la ecología y las últimas tecnologías que nos coloquen en una posición única para asegurar un control de plagas efectivo, sostenible y adaptado a las demandas de nuestro tiempo.