MEJORA DE LA CALIDAD DEL AIRE INTERIOR EN EDIFICIOS TRAS LA MODIFICACIÓN DEL RITE

Llevamos muchos años hablando del “síndrome del edificio enfermo” y de los trastornos que generan en aquellas personas que permanecen largas horas en los mismos. Uno de los factores que suelen estar directamente asociados a estos “edificios enfermos” es la calidad del aire interior.

En el Reglamento de Instalaciones Térmicas en Edificios (RITE) se establecen las exigencias tanto de eficiencia energética como de seguridad que se deben cumplir en las instalaciones térmicas en los edificios para conseguir que estos edificios sean más eficientes energéticamente y más sanos para las personas.

El RITE, vigente desde 2007, sufrió una serie de modificaciones importantes tras la publicación del Real Decreto 238/2013 incorporando al ordenamiento jurídico las obligaciones derivadas de la Directiva 2010/31/UE, entre las que se incluyeron la revisión de la calidad ambiental según la UNE 171330 y la revisión de la red de conductos según la UNE 100012, ambos aspectos han supuesto una mejora en la práctica totalidad de los parámetros ambientales.

En un estudio realizado sobre una veintena de edificios varios años después de la entrada en vigor de estas modificaciones, se comprueba como se consiguen mejoras sustanciales en edificios que cumplen RITE frente a aquellos que no lo cumplen. Como ejemplo sirvan los siguientes porcentajes de reducción para algunos parámetros:

  • Bacterias en conductos 30%.
  • Hongos en conductos 32%.
  • Polvo en conductos 35%.
  • Partículas en suspensión 57%.
  • Bacterias en suspensión 24%.
  • Hongos en suspensión 68%.

Puede comprobarse como mejoran los contaminantes en general. El RITE cumple con su objetivo ahorrando energía al no ventilar en exceso al tiempo que mejora la calidad del aire reduciendo los contaminantes más peligrosos.

Al analizar los resultados obtenidos en los estudios realizados sobre los edificios se desprende que la filtración del aire es la forma económicamente más eficiente para mejorar la calidad del aire interior de los edificios. Está calidad del aire interior influye directamente en la salud de las personas, la productividad laboral y la prevención de riesgos laborales.