brote de legionella

LEGIONELLA Y HOSTELERÍA

Durante el fin de semana puedo dedicar algo de tiempo para revisar la prensa escrita.

Un artículo me hizo rebuscar entre las noticias antiguas y refrescar un acontecimiento que pasó casi de puntillas en 2012, que no tuvo especial repercusión mediática pero, causó la muerte de dos personas y estuvo a punto de suponer el cierre de un negocio que daba trabajo a 62 familias.

Me refiero al brote de Legionella que tuvo lugar en Móstoles y cuyo origen situó la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid en una marisquería de las afueras. Lógicamente, tenemos que lamentar la muerte de dos personas de 63 y 87 años además, de otros 61 casos con distintas complicaciones.

La segunda parte de la noticia la protagonizaron las 62 familias a las que daba trabajo este negocio, de las que 20 dejaron de trabajar en el mismo pasados unos meses. Este tipo de noticias, aun teniendo poca repercusión mediática, tienen una alta repercusión social y cuando un negocio hostelero sufre algún caso de Legionelosis, pasa a ser un punto para no volver a visitar.

Este mismo efecto, pero a distinta escala, es el que se transmite para todo el territorio nacional, cuando se produce un brote con cierta importancia. Este tipo de noticias vuela como la pólvora, e igual que nos llega a nosotros está llegando al resto de Europa. No olvidemos que los ingresos por turismo suponen un porcentaje elevado de nuestro PIB y que cada vez que de nuestras fronteras sale una noticia de algún brote importante de Legionella, se traduce en menos turistas que llegan a nuestro país.

En todos nosotros, pero especialmente en los titulares de las instalaciones, recae la responsabilidad del trabajo bien hecho y el control de aquellos elementos que puedan suponer un riesgo para nuestros clientes y también para nosotros mismos.