
14 Jul INSTALACIONES ELÉCTRICAS EN VIVIENDAS: ERRORES COMUNES Y CÓMO PREVENIRLOS
Las instalaciones eléctricas en viviendas deben cumplir con exigencias de seguridad, eficiencia y normativas vigentes, entre las que destacan el Reglamento Electrotécnico de Baja Tensión (REBT) en España y su ITC-BT correspondiente, que establecen los requisitos para diseño, ejecución y mantenimiento de estas instalaciones. Estas regulaciones buscan garantizar la protección de personas y bienes, evitando riesgos de incendios, electrocución o fallos en el suministro, todos ellos errores comunes.
Sin embargo, en la práctica, es frecuente encontrar errores que comprometen el correcto funcionamiento de la instalación y pueden derivar en averías, sobrecostes o, en el peor de los casos, accidentes eléctricos. Más allá de lo que indican los reglamentos y manuales técnicos, hay aspectos prácticos que solo se aprenden con la experiencia de campo. En este artículo, repasaremos los errores más habituales en instalaciones eléctricas residenciales, explicaremos sus consecuencias reales y compartiremos recomendaciones profesionales para evitarlos.
Cálculo incorrecto de la sección de los conductores
El dimensionamiento inadecuado de los conductores es un error frecuente, especialmente en circuitos de alta demanda como climatización, cocinas eléctricas o puntos de carga de vehículos eléctricos.
Uno de los problemas más comunes es utilizar una sección insuficiente, lo que genera caídas de tensión, sobrecalentamientos y riesgo de incendio. Por otro lado, un sobredimensionamiento innecesario aumenta costos sin aportar beneficios reales.
La experiencia demuestra que no basta con aplicar tablas genéricas, ya que la caída de tensión real varía según la distancia, la carga simultánea y las características del cableado.
Es crucial prestar especial atención a los puntos de carga de vehículos eléctricos, ya que muchos instaladores no consideran la potencia máxima ni el factor de simultaneidad en el diseño de la instalación.
Recomendaciones prácticas
- Verificar la carga real y la distancia de los circuitos antes de definir la sección del cable.
- No confiar solo en la tabla de intensidades del reglamento, sino realizar un cálculo preciso considerando caída de tensión admisible.
- En instalaciones con consumos altos (cocinas de inducción, aires acondicionados, cargadores de coches eléctricos), prever circuitos dedicados con conductores adecuados.
Falta de protección diferencial adecuada
Los diferenciales son la primera línea de defensa contra contactos indirectos y fugas eléctricas, pero muchas viviendas tienen protecciones mal seleccionadas o insuficientes.
Problemas comunes en instalaciones residenciales
- Uso de diferenciales tipo AC en instalaciones con cargas electrónicas: Estos dispositivos no detectan fugas de corriente continua (DC), lo que supone un riesgo en viviendas con electrodomésticos modernos, inversores fotovoltaicos o cargadores de vehículos eléctricos.
- Obsolescencia del diferencial tipo AC: La experiencia demuestra que estos diferenciales son inadecuados para las necesidades actuales. Un diferencial tipo A o tipo B es necesario para garantizar una protección efectiva en instalaciones con electrónica avanzada.
- Un solo diferencial para toda la vivienda: En muchas instalaciones, un único diferencial protege todos los circuitos, lo que provoca desconexiones innecesarias y cortes de luz en toda la casa ante un fallo en un solo punto. Una mejor estrategia es dividir la instalación en varios circuitos con diferenciales independientes, mejorando la selectividad y reduciendo molestias.
La experiencia dice que el diferencial tipo AC está obsoleto: no proporciona una protección eficaz frente a las fugas de corriente generadas por electrodomésticos modernos, inversores fotovoltaicos o cargadores de vehículos eléctricos, dejando a los usuarios expuestos a riesgos eléctricos.
Además, muchas viviendas cuentan con un único diferencial para toda la instalación, lo que provoca desconexiones innecesarias y cortes de luz en toda la vivienda ante una simple avería en un circuito, afectando la comodidad y la seguridad.
Para evitar estos problemas, es fundamental revisar y actualizar la protección diferencial, eligiendo dispositivos adecuados para las cargas actuales y segmentando la instalación para mejorar la selectividad. Así se garantiza un sistema eléctrico más seguro, fiable y adaptado a las normativas vigentes.
Recomendaciones prácticas
- Usar diferenciales tipo A o F en instalaciones con cargas electrónicas para una mejor protección.
- Dividir la instalación en varios diferenciales (por ejemplo, uno para iluminación, otro para tomas de corriente y otro para electrodomésticos de alto consumo).
- Realizar pruebas periódicas del diferencial con su botón de test, evitando falsas sensaciones de seguridad.
Mal diseño de la puesta a tierra
Un sistema de puesta a tierra eficiente es fundamental para la seguridad y el correcto funcionamiento de una instalación eléctrica. Sin embargo, su diseño y mantenimiento suelen descuidarse, lo que compromete la protección de personas y equipos.
Problemas comunes
- Tomas de tierra compartidas sin verificar periódicamente su resistencia efectiva.
- Electrodos de puesta a tierra mal ubicados, insuficientes o deteriorados.
- Falta de una puesta a tierra específica para equipos sensibles, como inversores fotovoltaicos o sistemas electrónicos industriales.
En numerosas viviendas y edificios, se han detectado tomas de tierra con resistencias superiores a 50 ohmios, lo que limita la efectividad de los dispositivos diferenciales y aumenta el riesgo de descargas eléctricas y tensiones de paso peligrosas.
Además, la práctica común de instalar una única piqueta no siempre es suficiente, especialmente en terrenos con alta resistividad, como los arcillosos, rocosos o secos. En estos casos, es necesario diseñar un sistema más robusto con barras en paralelo, anillos de tierra o el uso de sales conductoras para mejorar la disipación de corriente de fuga.
En instalaciones fotovoltaicas, una mala puesta a tierra puede generar interferencias electromagnéticas que afectan el rendimiento del inversor y otros dispositivos electrónicos, comprometiendo la estabilidad del sistema.
Recomendaciones prácticas
- Medir periódicamente la resistencia de tierra y no dar por sentado que la instalación es segura solo porque tiene una conexión a tierra.
- En terrenos de alta resistividad, utilizar electrodos adicionales o tierras químicas para mejorar la conductividad.
- En instalaciones fotovoltaicas, asegurar una toma de tierra específica para inversores para evitar interferencias electromagnéticas.
Cargas mal distribuidas en el cuadro eléctrico
Una distribución inadecuada de las cargas en el cuadro eléctrico puede generar desequilibrios de fase, sobrecargas en los magnetotérmicos y disparos intempestivos, afectando tanto la seguridad como la estabilidad del suministro eléctrico.
En instalaciones monofásicas, es frecuente encontrar un uso excesivo de una única fase para consumos elevados, lo que provoca caídas de tensión, sobrecalentamiento del cableado y disparos reiterados del interruptor automático. En instalaciones trifásicas, la mala distribución de las cargas entre las fases genera desequilibrios que pueden afectar la eficiencia y la vida útil de los equipos conectados. Además, es común encontrar cuadros eléctricos con magnetotérmicos desbalanceados, donde algunos circuitos están sobrecargados mientras que otros están subutilizados, lo que incrementa el riesgo de disparos inesperados y afecta la operatividad del sistema.
Experiencia profesional
- En viviendas con suministro trifásico, una correcta distribución de las cargas es fundamental para evitar descompensaciones de fase. Una estrategia efectiva es asignar los consumos elevados de forma equilibrada, por ejemplo:
- Fase 1: calefacción y aire acondicionado.
- Fase 2: cocina y horno eléctrico.
- Fase 3: tomas generales y pequeños electrodomésticos.
- Muchos instaladores no prevén reservas de espacio en el cuadro eléctrico, lo que dificulta futuras ampliaciones y puede llevar a soluciones improvisadas que comprometen la seguridad y funcionalidad de la instalación.
Recomendaciones prácticas
- Repartir los consumos de forma equilibrada en instalaciones trifásicas, evitando cargas descompensadas.
- Instalar cuadros con margen de ampliación, dejando al menos un 20 % de espacio libre para futuras modificaciones.
- Usar magnetotérmicos bien dimensionados, evitando disparos innecesarios y protegiendo correctamente cada circuito.
Conclusión: La formación como clave para prevenir fallos
Los errores en instalaciones eléctricas residenciales no solo afectan la seguridad, sino también la eficiencia y durabilidad del sistema. Muchos de estos fallos pueden prevenirse con una formación técnica sólida que permita aplicar criterios más allá de los manuales y normativas básicas.
Formación en electricidad y electrónica
Los profesionales que buscan perfeccionar sus conocimientos en diseño, montaje y mantenimiento de instalaciones eléctricas en edificios pueden beneficiarse de formaciones especializadas como el Curso Técnico Profesional en Instalaciones Eléctricas en Edificios y el Curso de Montaje de Instalaciones Eléctricas de Enlace en Edificios. Adquirir estas competencias no solo mejora la calidad del trabajo realizado, sino que también optimiza la seguridad y fiabilidad de las instalaciones en el tiempo.
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