IMPORTACIÓN-EXPORTACIÓN DE PLAGAS

Quede claro, soy un defensor a ultranza del medio ambiente y un ecologista convencido.

Con este post me gustaría mover algunas conciencias y hacernos pensar en un problema que, con el tiempo, puede llegar a ser bastante serio.

Prácticamente, el 90% de las mercancías son transportadas por mar, de ellas un alto porcentaje lo son mediante contenedores marítimos, en concreto se producen más de 527 millones de desplazamientos de contenedores marítimos al año, y aunque los vertidos de petróleo atraen la atención mediática, hasta el momento no ha tenido tanta repercusión una amenaza mayor que son los “vertidos biológicos”.

Sirvan como ejemplo algunos casos, la fatal hambruna es uno de estos que provocó entre 1845 y 1849 en Irlanda una plaga provocada por un hongo transportado desde los puertos del continente americano que destruye ciertas plantas y en concreto la patata. Otros casos más recientes son la invasión del mosquito tigre en los años 70 a Albania y que en la actualidad podemos encontrar por toda Europa septentrional o la llegada de la avispa asiática llegada a Burdeos desde China en un transporte de neumáticos donde alguna avispa había puesto los huevos. Orugas, chinches, insectos en general, hongos, bacterias, etc., han afectado y afectan actualmente en ocasiones de forma drástica en las producciones agrícolas de muchos países. Otro ejemplo, a principios del siglo XX, un hongo exótico acabó con miles de millones de castaños americanos.

La Organización de la Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) ya ha alertado sobre el riesgo en la propagación de plagas agrícolas de los contenedores marítimos. Suponen una amenaza a largo plazo no sólo para la economía sino también para la estabilidad de ciertas zonas geográficas.

El control en las entradas y salidas de mercancías ha de ser un campo en el que, sin prisas, pero sin pausa, debemos ir trabajando para evitar que, con el tiempo, se nos vaya de las manos.