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IMPORTANCIA DE LA GESTIÓN Y CALIDAD DE LOS RECURSOS HÍDRICOS PARA UN DESARROLLO SOSTENIBLE

El término «recursos hídricos» hace referencia al volumen de agua disponible en una región y período de tiempo determinado. Se refieren, por tanto, a un volumen por unidad de tiempo y suelen expresarse en hm3/año.

El agua potencialmente disponible representa una pequeña fracción del agua que participa en el ciclo hidrológico, ya que solo el 2’5% del agua terrestre es dulce. Se encuentra en los continentes, principalmente, en las aguas de escorrentía y en las reservas presentes en acuíferos y masas de agua superficial.

Pero no todos los recursos hídricos son utilizables a causa de restricciones ambientales, socioeconómicas, geopolíticas y técnicas.

También, debido a que la disponibilidad de agua es extremadamente variable en el espacio y en el tiempo no todos los recursos hídricos están disponibles para las sociedades humanas y los recursos hídricos pueden ser insuficientes por su desigual distribución espacial.

A pesar de que el sistema climático constituye un límite superior sobre la tasa de circulación o disponibilidad de recursos hídricos y que la captación actual de agua a escala global está muy por debajo de dicho límite, más de 2000 millones de personas viven en territorios con un elevado estrés hídrico a causa de la desigual distribución de los recursos hídricos en el espacio y en el tiempo.

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Los problemas de agua, alimento, salud y pobreza están estrechamente relacionados en los países en desarrollo, particularmente en las regiones con recursos hídricos escasos.

Otro aspecto a tener en cuenta es que la población global crecerá, al menos, en las próximas décadas y, por lo tanto, también la demanda de agua.

Por tanto, es fundamental analizar qué ocurrirá si continuamos gestionando nuestros recursos hídricos como lo hacemos en la actualidad y qué actuaciones serán necesarias para evitar consecuencias indeseables.

Con este objetivo se organizó la Conferencia Internacional sobre el Agua y el Medioambiente (ICWE), celebrado en Dublín en 1992, que puso de relieve la importancia del agua para el medioambiente y la economía mundiales (ONU, 1992). La ICWE subraya la necesidad de:

  • Desarrollo y manejo integrado de los recursos hídricos.
  • Evaluación de recursos hídricos e impacto del cambio climático.
  • Protección de recursos hídricos, calidad del agua y ecosistemas acuáticos.
  • Agua y desarrollo urbano sostenible, suministro de agua potable y saneamiento urbano.
  • Agua para la producción sostenible de alimentos y el desarrollo rural, abastecimiento y saneamiento en contextos rurales.
  • Mecanismos de actuación y coordinación a nivel local, regional, nacional y global.

Por otro lado, la cantidad y la calidad del agua son dos conceptos estrechamente relacionados, así, por ejemplo, la disminución del caudal en un cauce fluvial generalmente implica un aumento de la concentración de sales y de las sustancias contaminantes procedentes de vertidos, así que es importante tener en cuenta la contaminación del agua, que es el deterioro de su calidad natural por agentes ajenos al ciclo hidrológico.

La manera más sencilla de determinar la calidad del agua consiste en definir ciertos parámetros (físicos, químicos y/o biológicos) y establecer límites o ratios que permitan definir categorías.

Directiva Marco del Agua

Para llevar a cabo un buen uso de los recursos hídricos se creó la Directiva 2000/60/CE, de 23 de octubre de 2000, por la que se establece un marco comunitario de actuación en el ámbito de la política de aguas: Directiva Marco del Agua (DMA).

La Directiva Marco del Agua persigue establecer un marco para la protección de las aguas continentales superficiales y subterráneas, de transición y costeras, que:

  • Proteja y mejore el estado de los ecosistemas acuáticos.
  • Promueva un uso sostenible del agua, basado en la protección de los recursos disponibles.
  • Contribuya a una mayor protección del medio acuático: reducción de vertidos, emisiones y pérdidas de sustancia peligrosas.
  • Garantice la reducción progresiva de la contaminación del agua subterránea.
  • Contribuya a paliar los efectos de las inundaciones y sequías.

Por tanto, es difícil prever el tipo de información que será necesaria para hacer frente a estos retos. No obstante, algunos cambios en la forma de gestionar el agua influirán en las demandas futuras de datos e información hidrológica y las tendencias apuntan a que será precisa una mejor formación y una mayor coordinación en los trabajos de recogida de datos.

En Didascalia somos conscientes de la importancia de hacer una buena gestión de los recursos hídricos, y por eso ofrecemos formación especializada en esta línea.

Puedes consultar nuestra oferta formativa centrada en el uso del agua y la gestión de los recursos hídricos aquí.