FITOSANITARIOS ECOLÓGICOS

Los fitosanitarios ecológicos son una alternativa sostenible y respetuosa con el medioambiente para controlar y combatir plagas y enfermedades en la agricultura.

A diferencia de los pesticidas tradicionales, estos productos están diseñados para minimizar los efectos negativos sobre la salud humana y los ecosistemas.

Uno de los aspectos fundamentales de los fitosanitarios ecológicos es su origen natural. Estos productos se suelen derivar de plantas, minerales y microorganismos, evitando el uso de productos químicos sintéticos nocivos.

Con la utilización de este tipo de productos, no sólo se protege la salud de agricultores y consumidores, sino que también se contribuye a la conservación de la biodiversidad en los diferentes entornos.

Los biopesticidas, son un tipo común de fitosanitario ecológico en el que se emplean organismos vivos o sus productos metabólicos para controlar plagas.

Un ejemplo de ellos puede ser la bacteria Bacillus thuringiensis.

Las esporas y cristales de proteína insecticidas producidos por estas bacterias se han utilizado desde principios del siglo XX como biopesticida en el control de plagas. En la actualidad se utilizan como insecticidas específicos bajos nombres comerciales como DiPel, Valent y Thuricide, entre otros. Estos plaguicidas son considerados respetuosos con el medioambiente por su especificación y selectividad, ya que su efecto es mínimo o casi nulo sobre los humanos, sobre la vida silvestre, sobre los polinizadores y sobre muchos otros insectos beneficiosos. Esto los hacen una opción eficaz, una alternativa biológica al plaguicida convencional, y por tanto, menos perjudicial para el entorno.

Además, los fitosanitarios ecológicos fomentan prácticas agrícolas más sostenibles al promover el equilibrio natural de los agro-ecosistemas. Al no impactar de forma indiscriminada en los diferentes organismos,  la diversidad biológica se mantiene, lo que contribuye a la salud y fertilidad del suelo a largo plazo.

La resistencia a los pesticidas es un importante inconveniente en la agricultura moderna. Sin embargo, el uso de estos productos orgánicos para la protección de cultivos, con su tendencia a provocar efectos más específicos en los mismos, genera un menor impacto en el desarrollo de resistencia. Esto reduce la posibilidad de que las plagas evolucionen para resistir sus efectos, extendiendo así la eficacia de estos productos.

Es fundamental comentar que la eficacia de los fitosanitarios ecológicos puede depender de factores como las condiciones climáticas y la aplicación adecuada. Los agricultores que optan por este enfoque deben seguir las prácticas recomendadas por el fabricante (tanto en dosificación como en manipulación) para maximizar los beneficios de estos productos y minimizar cualquier impacto negativo.

Recalcar que el hecho de que sean naturales no implica que el exceso no pueda resultar perjudicial o contaminante.

Resumiendo, los productos orgánicos para la protección de cultivos son una opción valiosa para los agricultores comprometidos con la sostenibilidad y la protección del medioambiente. Estos pueden controlar eficazmente plagas y enfermedades sin poner en peligro la salud humana ni dañar los ecosistemas, lo que los convierte en un método alentador en la agricultura moderna.

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