energia residual

ENERGIAS RESIDUALES

Dos nuevos conceptos han sido introducidos en la última modificación del RITE, Real Decreto 178/2021, de 23 de marzo, Energía Residual y Energía Renovable. Si bien la segunda ya era conocida por todos desde hace tiempo, la primera sí que sabíamos que existía, pero RITE no la contemplaba.

En el Artículo 4 introduce dos nuevos conceptos, definidos en su Apéndice I “Términos y Definiciones”, que amplían su radio de acción, fundamentales para entender la nueva filosofía de esta modificación del RITE, a saber:

“Energía procedente de fuentes renovables o energía renovable: la energía procedente de fuentes renovables no fósiles, es decir, energía eólica, energía solar (solar térmica y solar fotovoltaica) y energía geotérmica, energía ambiente, energía mareomotriz, energía undimotriz y otros tipos de energía oceánica, energía hidráulica y energía procedente de biomasa, gases de vertedero, gases de plantas de depuración, y biogás.”

“Energía residual: energía inevitable generada como subproducto de un proceso principal.”

Centrémonos en la segunda, donde es muy remarcable el concepto de “inevitable”, que como hemos comentado es la menos conocida. En los procesos industriales, el calor residual en los efluentes supone una importante pérdida de energía térmica que simplemente se ignora. Crear métodos para recuperar o reaprovechar este calor suponen una mejora importantísima en la eficiencia energética, son energías gratuitas, y una reducción drástica de emisiones de CO₂ de la planta.

Las industrias de procesos continuos precisan de importantes cantidades de energía para su funcionamiento. Pues de todo ese gran volumen de energía, entre un 20 y un 50%, no se aprovecha y es disipada al medio ambiente en forma de energía residual.

La necesidad, ya imposición, de mejorar la eficiencia energética en las plantas industriales es uno de los objetivos principales en el proceso de transición energética actual hacia un modelo económico que se enfoca a la descarbonización.

Si la energía ya está creada en forma de calor residual, ¿Cómo aprovecharla para elevar la eficiencia de nuestra industria? Veamos cómo.

Localización y cuantificación de nuestra energías residuales

Gases y aguas calientes suelen ser los principales focos de energía residual que nos podemos encontrar, y normalmente, cuanta más energía precisa el proceso, más energía residual nos puede aportar. Por tanto, debemos darnos una vuelta por las calderas, hornos, secadores, compresores, motores… y detectar cómo y cuánto de energía residual podemos aprovechar.

Localizados, debemos caracterizarlos a nivel de caudales, temperaturas, horas de funcionamiento, métodos de extracción…  Una buena caracterización nos lleva a un buen diseño del sistema de recuperación y del camino que ha de seguir esta energía para el fin previsto.

Identificación de aprovechamientos de energía residual

Hasta ahora siempre se había contado con el comodín del ACS como en las enfriadoras con recuperaciones parciales o totales o aguas a media temperatura en entrada de calderas.

Ya hay que ir más allá, debemos intentar que algunos de nuestros procesos nos salgan “gratis”.

Un ejemplo son las aguas calientes de limpieza, si bien estas no pueden ser aprovechadas directamente para retornas a la caldera por tener en suspensión suciedad, si podemos extraer de ellas su calor, antes de ser desechadas por la alcantarilla, para precalentar el agua limpia que volverá a limpiar y que será, también, recuperada.

Incluso se podría llegar al caso de vendérsela a industrias anexas a la nuestra de forma que se podría formar un District Heating de Energía Residual. Además de ecológico nos revierte beneficios.

Soluciones técnicas y viabilidad

Como hemos comentado antes debemos caracterizar las fuentes de Energía Residual, de esta forma elegiremos correctamente el modo de extracción y su viabilidad técnica y económica.

El modo de extracción dependerá sobre todo de cómo se nos presenta el fluido portador de la energía residual, en forma de fluido, gases, radiación,… así los intercambiadores usados serán de diferentes tipologías y de su rango de temperaturas de operación, que puede ser muy variable, desde los 50-60°C hasta los 350 – 400°C, en función del generador.

Otro factor clave es la potencia que necesitamos para nuestro proceso objetivo, este “emparejamiento” entre energías residuales y procesos objetivos es fundamental para llegar a buen puerto.

Recordad que además de recuperar estas energías residuales, si las canalizamos a equipos Bomba de Calor, esta energía puede ser multiplicada por la introducción del COP del equipo en el vector energético. Este es otro de los puntos novedosos del RITE en post de la descarbonización.

Después de todo lo dicho, solo queda lo citado anteriormente, darnos una vuelta por nuestra industria y ver dónde se nos escapan los kw para redireccionarlos a nuestros nuevos fines y de paso conseguir que nuestros procesos tengan una huella de carbono menor.

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