25 May EL USO DE ANALOGÍAS EN LAS INSTALACIONES
Cuando nos ponemos al frente de una instalación por primera vez, nos encontramos ante la tesitura de dar respuesta a una serie de cuestiones que podríamos sintetizar en qué hacer, qué producto emplear y para qué.
Es cierto, que a veces gracias a experiencias ajenas, otras con ocasión de informaciones e indicaciones que nos facilitan esos maravillosos y siempre atentos comerciales, e incluso en alguna que otra ocasión, “tiramos de conocimientos propios”, la verdad es que cuando nos enfrentamos, sobre todo si es por primera vez, a un determinado tipo de instalaciones, la verdad es que en ocasiones se nos hace una cuestión casi insalvable.
Desde DIDASCALIA, E.G. queremos lanzar una reflexión sobre este tipo de situaciones a las que en alguna ocasión nos hemos enfrentado, o que está en nuestro perfil el hacerlo en breve.
¿Cómo encarar la selección del método de trabajo y cuáles son sus límites?
Pues bien, la disyuntiva está planteada. Analizar y proponer una solución personalizada, basada en el conocimiento y en los medios a nuestro alcance. O bien, inicialmente nos solemos decantar por lo que sabemos que ha funcionado en otras instalaciones.
Ello lleva implícito el aceptar el nivel de riesgo que otros compañeros han seleccionado como tratamiento para su instalación. Sin embargo, debemos conocer las limitaciones que conlleva el aceptar y dar como bueno este tipo de tratamientos diseñados inicialmente para otras instalaciones, que bien pudieran no concordar exactamente con nuestras necesidades.
Este tipo de adaptaciones por analogía y desconocimiento, se nos antojan como peligrosas, toda vez que un tratamiento debe partir de un diagnóstico personalizado al que sigue una propuesta aquilatada a la instalación y a los recursos de los que se dispone.
Es cierto que en la “desesperación” que nos impone el desconocimiento, a veces unida a la imperiosa necesidad de acometer una solución rápida, estamos tentados de aplicar técnicas y tratamientos más o menos consolidados, sin mayores reflexiones al respecto, pero por ello debemos ser conscientes del riesgo que conllevan este tipo de actitudes.
Por eso, desde DIDASCALIA E.G. y a pesar de que pudiéramos parecer ciertamente sesgados e interesados, apostamos por una formación específica que nos permita encarar con las debidas garantías estos retos, huyendo de generalismos, que a la postre terminan derivando en incertidumbres y a veces en graves problemas, en los que inexorablemente involucramos a nuestros clientes.
Un saludo y hasta pronto.
Antonio Mª Macías