LA EFICIENCIA ENERGÉTICA DE LOS EDIFICIOS: UNA OPORTUNIDAD DE DESARROLLO ECONÓMICO, UNA NECESIDAD PARA EL PLANETA

Tuvieron que pasar más de 10 años para que en España se llevase a cabo la transposición de la Directiva 2002/91/CE, relativa a la eficiencia energética de los edificios. Fue en el año 2013, con la aprobación del Real Decreto 235/2013, cuando se establecieron las bases para que las comunidades autónomas, competentes en la materia, pusieran en marcha los registros y los procedimientos oportunos para que el comprador o el arrendatario de una vivienda, pudiera conocer antes de tomar su decisión, el comportamiento energético de la vivienda. Se presentó en nuestro día a día un nuevo elemento, que ya conocíamos en electrodomésticos y otros productos, pero no en los edificios, la etiqueta de eficiencia energética.

No dejaba de ser llamativo que la mayor decisión de gasto que solemos realizar en nuestra vida, la vivienda, la hiciéramos sin ni siquiera conocer su comportamiento energético, sin conocer lo que podríamos llamar su “hipoteca energética”. ¿Cuántos de nosotros compraríamos un coche sin saber previamente su consumo? Probablemente muy pocas personas. Sin embargo, ¿Cuántos de nosotros hemos comprado o alquilado una vivienda sin tener esta información previa?

Iniciativas de eficiencia energética

El hecho es que antes de estar regulada la certificación energética de edificios, ya habían surgido mucho antes estándares de construcción, como el Passivhauss, que nacieron con el objetivo de certificar edificios con una muy baja demanda de energía, y en definitiva muy eficientes. Este y otro tipo de certificaciones como Verde o Breeam, son cada vez más frecuentes en los edificios de nueva construcción porque la eficiencia energética en la edificación se ha ido convirtiendo, con el paso del tiempo, en un factor diferencial para los promotores y constructores de viviendas, que lo han entendido como una forma efectiva para atraer al creciente número de consumidores que están preocupados por la sostenibilidad y el futuro del planeta.

También han tenido esta visión las entidades bancarias, que desde hace unos años empezaron a impulsar productos financieros, como las hipotecas verdes, que ofrecen condiciones más favorables para quienes apuestan por comprar una vivienda más sostenible o energéticamente más eficiente.

Y a todas estas razones (derecho a la información del consumidor, oportunidad económica, cumplimiento de compromisos ambientales…) se suma la oportunidad económica (Renovation Wave, Fondos para la Recuperación Verde, etc.)  que ofrece la llegada de fondos europeos para la mejora de las prestaciones de los edificios existentes.

Estas ayudas están condicionadas a la obtención de edificios de alta eficiencia energética, algo que sólo se puede lograr con un perfecto conocimiento del edificio, de la envolvente térmica del edificio y de sus instalaciones, teniendo en cuenta la climatología y las condiciones del entorno donde se ubique.

Construir o rehabilitar un edificio con la máxima eficiencia energética requiere tratar todos los aspectos que influyen en el mismo y considerar de manera holística la actuación.

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