LA MEJORA DE LA EFICIENCIA ENERGÉTICA DE EDIFICIOS TAMBIÉN ES LA MEJOR RESPUESTA FRENTE A LAS OLAS DE CALOR

Año tras año los registros de temperaturas están siendo superados con la llegada de olas de calor cada vez más frecuentes y extremas. El cambio climático es un fenómeno irreversible, que está acelerando procesos como la subida de las temperaturas, que cada año parecen querer batir los registros anteriores, además, en zonas del país muy poco acostumbradas a temperaturas tan extremas.

Al impacto provocado por los golpes de calor, que incluso provocan la muerte prematura de algunas personas, se suman los derivados de la exposición continuada a las altas temperaturas, también, dentro de nuestros propios hogares, como el agravamiento de enfermedades crónicas o de patologías previas relacionadas con el sistema respiratorio, cardiovascular, nervioso o urinario.  Por otro lado, como respuesta al calor también adoptamos hábitos que nos hacen estar mucho más expuestos ruido, al tener muchas más horas las ventanas abiertas. El ruido incrementa la dificultad de las personas para conciliar el sueño, aumenta el estrés, el riesgo de hipertensión y agrava enfermedades cardiovasculares. Y finalmente, el uso de equipos de aire acondicionado, como solución transitoria, también está poniendo en dificultades a muchos hogares, en concreto a familias que son incapaces de asumir el coste de sus facturas, padeciendo lo que se conoce como pobreza energética de verano.

Y todo esto ocurre porque la mayor parte de nuestras viviendas no proporcionan el confort adecuado, entre otras cosas porque carecen o tienen un aislamiento energético inadecuado y unas malas prestaciones térmicas que impide que sean un elemento protector frente al calor (al igual que frente al frío).

Soluciones desde la eficiencia energética

Afortunadamente existen soluciones para hacer frente a estos problemas y para, además contribuir en la lucha e incrementar nuestra adaptación al cambio climático. Dichas soluciones pasan por mejorar los edificios existentes mediante actuaciones de rehabilitación energética.

Y el momento es propicio, porque tenemos en nuestra mano aprovechar la oportunidad que ofrecen los 3.420 millones de euros de los Fondos Next Generation que se han destinado a la rehabilitación de edificios y la construcción de vivienda social y que se repartirán entre subvenciones (2.970 M€), deducciones en el IRPF (450 M€) o avales ICO (1.100 M€).

Fondos Next Generation para la rehabilitación energética

Los fondos contemplan las siguientes actuaciones:

  • Mejora del aislamiento y carpintería en fachadas y cubiertas
  • Cambio de ventanas
  • Digitalización
  • Instalación de placas solares y fotovoltaicas y de aerotermia.
  • Mejora de la accesibilidad
  • Mejora de zonas verdes y construcción de parques.
  • Retirada de amianto
  • Reurbanización y mejora del entorno físico en los barrios

Las ayudas pueden cubrir entre el 40-80% de los costes de la actuación, con un máximo de 21.400 euros por vivienda. Además, en los casos en los que exista vulnerabilidad social y económica, se subvencionará hasta el 100% de la actuación, afrontando de frente problemas como la pobreza energética, que se da de forma acusada en estos hogares.

Las ayudas se gestionan a través de las comunidades y ciudades autónomas que en el segundo año del plan (2021-2023) tienen asignados 1.389 M€, repartidos de forma proporcional al número de hogares de cada región. El objetivo es que al acabar estos tres años se hayan rehabilitado 160.000 viviendas y 510.000 al final del sexenio (2026) y se logre reducir el consumo de energía no renovable en un 30% y la demanda de calefacción en un 7%. Para comprobar la mejora alcanzada se harán sendos certificados de eficiencia energética antes y después de la actuación.

Todo este escenario pone sobre la mesa la necesidad de contar con expertos, que sean capaces de interpretar y diagnosticar el estado de los edificios, evaluar su potencial de mejora y llevar a cabo las actuaciones de mejora en la envolvente térmica y en sus instalaciones. Las comunidades autónomas están poniendo sus programas de ayuda en marcha y la demanda de actuaciones es cada vez mayor.  Reducir el consumo de energía y las emisiones de gases de efecto invernadero sólo podrá hacerse si se actúa de forma decidida en sectores prioritarios como el de la edificación.

El momento para los profesionales adecuadamente preparados para actuar en los ámbitos de la eficiencia energética, la certificación energética de edificios y las energías renovables ha llegado. Aprovechémoslo.

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