legionelosis

DOS AÑOS DE LA NORMA 100030:2017

Ya han pasado dos años de la publicación de la Norma UNE 100030:2017 con la actualización de la norma para la prevención y el control de la Legionella. Se realizó una adecuación de la normativa a los avances técnicos y científicos desde su publicación original. Falta ahora que no se haga esperar en exceso la actualización del Real Decreto 865/2003 por el que se establecen los criterios higiénico-sanitarios para la prevención y control de la legionelosis. Desde la publicación de este Real Decreto ya han pasado más de 16 años y cada vez se hace más apremiante la adecuación de su contenido a los avances técnicos y al mayor conocimiento que se tiene hoy día de la bacteria.

Aunque nunca llueva a gusto de todos, la mayoría de los agentes implicados en el sector, hacen una valoración positiva de estos dos años desde la publicación de la norma para facilitar la prevención y control de la legionelosis en las instalaciones de riesgo.

La ampliación de las instalaciones de riesgo recogidas en la norma, mejora la clasificación que existía originalmente. Se deja además en segundo plano la clasificación en instalaciones de mayor o menor riesgo de proliferación y dispersión de Legionella que, como ya han indicado varias asociaciones y agentes implicados, carece de rigor científico e incluso puede llevar a confusión a los usuarios y mantenedores.

La inclusión de instalaciones, como los humidificadores y enfriadores evaporativos, entre otras, muy frecuentes en terrazas y establecimientos, no consideradas de alto riesgo inicialmente y que en los últimos años han sido el origen de varios brotes, mejoran el control de las mismas y, en consecuencia, suponen un avance en la protección de la salud pública.

En otro enfoque, se han tenido en cuenta los avances producidos en el sector y se han aplicado tanto a los procesos de prevención y detección. Esto último se ha incorporado incluso a la toma de muestras, su transporte y se ha posibilitado la ampliación de los métodos para la detección y cuantificación de Legionella.

En general, al aplicar la experiencia adquirida y los avances técnicos de los últimos años se genera un entorno más práctico y seguro que, en definitiva, es el objetivo de la norma.

Finalmente, coincidiendo con este segundo aniversario de la norma, ha publicado AENOR la versión corregida en la que se incorporan una serie de mejoras y correcciones editoriales.