EL CONTROL INTEGRADO DE PLAGAS

En la década de los cuarenta, con la aparición de ciertos compuestos insecticidas sintéticos, especialmente los compuestos organoclorados como el DDT, HCH, etc, se realizaban tratamientos de forma sistemática e indiscriminada, actuando de forma preventiva buscando un objetivo profiláctico, que generó graves perjuicios para las personas y el medio ambiente.

Como respuesta surge en la década de los cincuenta el concepto de Control Integrado de Plagas como un método de gestión de las plagas mediante la utilización de distintas técnicas adecuadas, compatibles entre sí, destinadas a reducir la población de las plagas manteniéndolas en niveles que no superen el umbral que cause daños económicos.

Se trata de combinar herramientas biológicas, físicas, químicas y culturales de una manera económica que consiga minimizar los riesgos para la salud y el medio ambiente.

Este concepto que surge inicialmente en el ámbito agrícola se ha ido incorporando al entorno urbano, donde también se generalizó el empleo del control químico como solución a cualquier plaga, incluso de forma preventiva.

En el control integrado se potencia la prevención mediante adopción de medidas que dificulten la aparición de la plaga. Se incluyen, entre otras acciones, medidas culturales como la modificación en los hábitos de las personas, medidas de higiene de las zonas controladas, medidas ambientales como el control de la temperatura y la humedad o medidas estructurales mediante el arreglo y adaptación de los edificios.

En un segundo lugar quedarían las medidas correctivas cuando la plaga ya está presente. Ante todo, se llevarán a cabo medidas mecánicas y físicas. Posteriormente se adoptarán medidas biológicas y químicas, teniendo la precaución de que en caso de adoptar un control químico emplearemos los productos que posean una menor toxicidad, dirigidos a la especie diana, con la técnica más adecuada y empleando las cantidades y dosis justa.

El objetivo de un Plan de Control Integrado no es reaccionar ante un problema, sino en organizar una serie de acciones y actividades a medio largo plazo para conseguir tener las plagas controladas. Estas acciones deben coordinarse perfectamente entre el cliente y la empresa de control de plagas. Los elementos básicos de un Plan de Control Integrado de Plagas se recogen a continuación

  • Identificar correctamente el organismo nocivo.
  • Evaluar el nivel de daños y el umbral de tolerancia.
  • Realizar un meticuloso seguimiento de poblaciones y detectar cuales son los factores que favorecen su crecimiento.
  • Elaborar un programa de actuaciones, identificando el momento idóneo de ejecución.
  • Priorizar aquellas medidas preventivas y correctivas basadas en técnicas de tipo mecánico y físico.
  • En caso de tener que aplicar medidas químicas, elegir las menos agresivas, realizando tratamientos dirigidos empleando la menor cantidad de producto químico.
  • Evaluar la eficacia del programa de actuaciones.

Tenemos tres elementos fundamentales en todo Plan de Control Integrado:

  • Diagnóstico de Situación para el que debemos recopilar y analizar una serie de datos en los que se busca saber contra qué se va a actuar, es decir, identificar la plaga y su gravedad.
  • Plan de actuación, donde se planificarán las actuaciones que se van a realizar.
  • Evaluación del Plan de Actuación, para conocer la eficacia del mismo atendiendo siempre a objetivos de calidad y mejora.