BATERÍAS DE GRAVEDAD COMO FUENTE DE ACUMULACIÓN DE ENERGÍA

Problemática en el abastecimiento de energía

Uno de los problemas más insidiosos al tratar el abastecimiento de energía cuando hablamos de fuentes de energía, no es el de su producción, ni siquiera el de sus costes, sino el de poder disponer de la energía cuando nos hace falta. Tanto si vivimos en una vivienda aislada en América Central, como si necesitamos energía para mantener la temperatura adecuada en un criadero de gusanos de seda en la Sierra Norte de Guadalajara en España, el verdadero problema consiste en disponer de energía adecuándola a nuestra demanda. Dicho de otra manera, el verdadero problema consiste en poder acumular esa energía y disponer de ella a voluntad.

Desgraciadamente, los sistemas de almacenaje desde las viejas baterías ácidas hasta los modernos capacitores no dan mucho más de sí. Sendos sistemas de acumulación están basados en la separación de diferentes tipos de cargas eléctricas. Almacenar energía potencial eléctrica de este modo tiene un costo en términos de eficiencia a medida que necesitamos acumular cargas eléctricas más grandes, porque cuánto más energía almacenamos, más energía necesitamos para vencer las fuerzas repulsivas de nuestras cargas.

Lo podemos comprobar cuando cargamos nuestros móviles. Hasta el 60% se cargan rápido, les cuesta mucho más llegar al 90% y el último tramo hasta el 100% es el que más tarda.

Para rematar incluso al 100 %, la interacción con rayos cósmicos y los efectos de esas fuentes de partículas de alta energía que llegan hasta la superficie de la Tierra y atraviesan nuestros sistemas de acumulación conllevan una descarga inevitable de los mismos.

Solución a la problemática de abastecimiento

El Santo Grial del mantenimiento del Sistema consiste en resolver el problema de poder acumular los excedentes disponibles de plantas nucleares, y/o de fuentes de energía convencional contaminante, y/o de fuentes no constantes de energía renovable limpia de manera que ésta no se disipe, pero en vez de con la energía potencial de las cargas eléctricas, aprovechando la energía potencial del campo gravitacional de la Tierra y la energía cinética que se genera al dejar caer cualquier masa.

El secreto está en darse cuenta de la energía que podemos liberar aprovechando los excedentes de energía de cualquier fuente que no estamos usando, para mover un objeto en contra del empuje gravitacional de la Tierra.

Por medio de estructuras y mecanismos rotatorios apropiados podemos convertir fácilmente esa energía cinética útil de la masa cayendo, en energía eléctrica como lo hace cualquier turbina. Bastaría con aprovechar los innumerables pozos de minas que no están operativos.

Este es el esquema básico de la idea de una batería gravitacional: «La energía excedente se usa para subir las masas, incrementando la energía potencial gravitatoria, y se libera a demanda dejándolas caer».

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