Etiquetado Gases Fluorados

NUEVAS NORMATIVAS DE ETIQUETADO PARA PRODUCTOS CON GASES FLUORADOS: LO QUE NECESITAS SABER

El nuevo Reglamento (UE) 2024/573, en vigor desde el 1 de enero de 2025, cambia las reglas del juego: ya no basta con elegir bien el refrigerante, ahora hay que etiquetarlo correctamente.

La etiqueta deja de ser un simple adhesivo informativo para convertirse en un documento técnico con valor legal, exigido en auditorías, inspecciones y mantenimientos. Un error en el etiquetado puede suponer sanción, inmovilización del equipo o pérdida de la garantía.

Este artículo no repasa el reglamento (para eso ya están los boletines oficiales), sino que te dice lo que necesitas saber en la práctica: qué debe llevar la etiqueta, cómo evitar errores comunes, y qué detalles no te contarán los manuales… pero sí aparecen en las inspecciones.

¿Qué debe llevar la nueva etiqueta?

Desde el  2025, todo equipo que contenga gases fluorados debe incluir una etiqueta visible, indeleble y legible con esta información:

  • Tipo de gas y denominación comercial (por ejemplo, R-32, R-290).
  • Cantidad exacta de refrigerante (en kg).
  • Valor GWP del gas (Global Warming Potential).
  • Frase obligatoria: “Contiene gases de efecto invernadero regulados por el Protocolo de Kioto”.

Y en muchos casos, además:

  • Origen del gas (si es reciclado o regenerado).
  • Código de trazabilidad o número de lote.
  • Código QR o vínculo al registro digital nacional o comunitario.

Consejo de campo: Muchos técnicos aún utilizan etiquetas genéricas o marcadores permanentes sobre carcasa. En 2025, eso no será válido si no incluye toda la información exigida y con el formato visible y resistente.

¿Por qué este cambio es tan importante?

Porque las etiquetas se convierten en prueba documental en inspecciones y en condiciones para:

  • Validar intervenciones de mantenimiento.
  • Emitir certificados energéticos.
  • Solicitar subvenciones (Next Generation, PREE).
  • Evitar sanciones por incumplimiento ambiental.

Dato curioso: En varios países del norte de Europa, la etiqueta ya se exige como “documento oficial” que debe coincidir con lo registrado en plataformas digitales. España lo está implementando desde  principios del 2025.

Lo que no te contarán los manuales (pero sí te exigirá una auditoría)

1. Reetiquetado tras una recarga parcial o sustitución: Si sustituyes parte del gas o haces una recarga, debes actualizar la etiqueta. No vale con «dejarlo apuntado en el parte«.

2. Errores comunes:

  • Copiar la etiqueta vieja de otro equipo.
  • Indicar solo el nombre comercial del gas sin GWP.
  • Olvidar indicar que es gas reciclado (cuando lo es).

3. Falta de trazabilidad: La etiqueta y el parte de intervención deben coincidir. En varias inspecciones se han sancionado instalaciones con etiquetas sin respaldo documental.

¿Y el GWP? Lo que necesitas saber (de verdad)

El GWP (Potencial de Calentamiento Global) mide cuánto calienta un gas en comparación con el CO₂. Un refrigerante con GWP 1.500 tiene 1.500 veces más impacto climático que el CO₂. Por ejemplo:

Gas refrigerante

GWP (aprox.)

Estado 2025

R-410A

2088

Prohibido en nuevos equipos

R-134a

1430

Muy restringido

R-404A

3922

Prohibido incluso en recarga (desde 2027)

R-32

675

Permitido

R-290 (propano)

3

Permitido con restricciones ATEX

CO₂ (R-744)

1

Sin restricciones

Dato útil en mantenimiento: Si el equipo tiene R-410A y haces una reparación, estás obligado a informar al cliente de la incompatibilidad futura, ya que no se podrá seguir cargando con gas virgen a partir de 2027.

Curiosidad profesional: Una instalación con 10 kg de R-410A equivale a emitir más de 20 toneladas de CO₂. Por eso, muchas aseguradoras están empezando a solicitar auditorías de impacto climático como condición para cubrir averías mayores.

Qué puede pasar si etiquetas mal

Equipo paralizado por la OCA en una revisión rutinaria por “etiquetado incorrecto y no conforme al Reglamento F-Gas”.

  • Caso: OCA inmoviliza una cámara frigorífica nueva por llevar una etiqueta con “R-134a, carga aprox. 1 kg” sin GWP ni número de lote.

Negativa del fabricante a asumir una avería, alegando mala identificación del gas utilizado.

  • Caso: Unidad VRF de 35 kW instalada en un centro educativo con refrigerante R-32. Tras una fuga por fallo en una soldadura, se solicita garantía al fabricante del equipo.

Inspección de trabajo con sanción directa por falta de trazabilidad documental en una instalación con gas regenerado.

  • Caso: Mantenimiento anual de una cámara de conservación en una empresa agroalimentaria. Se recarga el sistema con 8 kg de gas R-134a regenerado, pero la etiqueta se deja sin actualizar.

Conclusión técnica: Una mala etiqueta puede dejarte sin equipo, sin ayuda y sin cobertura.

Checklist para técnicos (2025)

Antes de cerrar una intervención con gases fluorados:

  • Tipo exacto de gas y cantidad en kg
  • Valor GWP correctamente indicado
  • Advertencia oficial de gases fluorados
  • Origen del gas (virgen / regenerado / reciclado)
  • Referencia documental (nº de intervención o trazabilidad)
  • Formato duradero, legible y colocado en zona visible
  • Coherencia con parte de trabajo, factura del gas y ficha técnica

Y recuerda: guarda una copia digitalizada de la etiqueta colocada junto al parte de intervención. Cada vez más clientes lo piden como respaldo documental.

Conclusión

La etiqueta ya no es un trámite, es una responsabilidad técnica con peso legal. Desde enero de 2025, no dominar el etiquetado de gases fluorados es motivo suficiente para sanciones, denegación de garantías o inmovilización de equipos.

La buena noticia es que este conocimiento sí se puede adquirir, pero no lo encontrarás en el manual del fabricante ni en un tutorial de internet. Solo en formaciones específicas, actualizadas y enfocadas en la realidad de campo, como las que imparte Didascalia.

Porque hoy un técnico no solo debe saber instalar o mantener: debe documentar, justificar, prever inspecciones y anticiparse a los cambios normativos.

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