14 Feb EL SÍNDROME DEL EDIFICIO ENFERMO, UN PROBLEMA DE SALUD Y PRODUCTIVIDAD

En las últimas décadas, a raíz de los cambios socioeconómicos que tienen efectos en los estilos de vida, las edificaciones, la tecnología, entre otros aspectos, se estima que las personas de las ciudades pasan más del 60% del tiempo en espacios cerrados. Por este motivo, el ambiente de estos sitios es un tema cada vez más estudiado y analizado.

De acuerdo con los estudios, se está constatando un aumento considerable de la presencia de contaminantes ambientales presentes en el aire. Estos pueden tener distinto origen y ser químicos, físicos, biológicos o ergonómicos, dependiendo de las actividades que los generen.

Sin duda, es una gran problemática debido a que estos contaminantes deterioran la calidad del aire y constituyen un importante factor de riesgo para la salud de la población pudiendo producir enfermedades respiratorias y otra serie de patologías.

Por tanto, debido al aumento de personas que han sufrido las consecuencias de estas condiciones, hay un creciente interés por conocerlas, analizarlas y mejorarlas. Entre ellas destacan los problemas sobre la salud, pero, también, la pérdida del confort y la productividad derivada de la exposición a ambientes interiores contaminados.

Es decir, es fundamental asegurar un estado de bienestar en las personas que se encuentran en un espacio cerrado para llevar a cabo todas las actividades en las mejores condiciones.

Calidad del Ambiente Interior (CAI)

Para asegurar que se cumplan los requisitos y mantener un ambiente interior saludable para todas las personas, se han establecido unas normas que regulan este aspecto y les otorgan mayor importancia a conceptos como la Calidad Ambiental en Interiores (CAI) y Calidad Aceptable del Aire.

Por una parte, la norma UNE 171330 de 2008 define como Calidad Ambiental en Interiores a las condiciones ambientales de los espacios interiores, adecuadas al usuario y la actividad, definidas por los niveles de contaminación química, microbiológica y por los valores de los factores físicos.

Por otra parte, la norma UNE 100012 define como Calidad Aceptable del Aire, el aire que no contiene sustancias contaminantes en cantidades tales que resulten nocivas para la salud y cuya calidad sea satisfactoria para el 80% de las personas expuestas.

Estas normativas se crearon como instrumento para buscar la CAI (Calidad Ambiental Interior) y están orientadas a mantener los estándares de salubridad marcados por la ley en espacios de interior susceptibles de ser ocupados por personas, exceptuando los recintos destinados a uso industrial y/o agrícola.

Asegurar la CAI juega un papel fundamental en el desarrollo de los trabajos realizados por los trabajadores en espacios interiores. De ello depende el bienestar y, en consecuencia, la productividad de estos.

El Síndrome del Edificio Enfermo

En las últimas décadas, se han construido edificios cada vez más herméticos que dificultan la renovación del aire interior y, en consecuencia, la eliminación de los contaminantes presentes en el ambiente.

Esto se ha convertido en un factor de riesgo, puesto que ha derivado en un descenso de la calidad del ambiente interior y en un incremento en la prevalencia de enfermedades derivadas.

A pesar de que el principal problema es la falta de ventilación y renovación del aire, otras actividades como malas prácticas relacionadas con un uso inadecuado de productos, la limpieza deficiente o el mal mantenimiento de las instalaciones también pueden generar problemas.

Si no se soluciona esta problemática, puede dar lugar al «Síndrome del edificio enfermo», que es una expresión que se utiliza para describir los efectos nocivos para la salud que sufren las personas que se encuentran en un espacio cerrado durante un tiempo prologando.

Se habla de este síndrome cuando se identifica a un número considerable de personas con los mismos síntomas de enfermedad que no se corresponde con ninguna patología determinada. En los últimos años, se ha convertido en un problema reconocido internacionalmente que está presente en muchos edificios.

El Control de la Calidad Ambiental Interior

Debido a que se trata de un problema de salud pública, pero, también, de productividad, es necesario llevar a cabo tareas de prevención y control que aseguren la calidad del aire en los edificios.

Además, es conveniente marcar objetivos enfocados en políticas y programas que ayuden a paliar esta problemática alcanzando una CAI aceptable capaz de minimizar de forma significativa la exposición y el riesgo para la salud de las personas que se encuentran en el edificio.

En definitiva, es vital contar con sistemas de ventilación, recirculación del aire, refrigeración y calefacción eficaces y eficientes que ayuden a acondicionar el ambiente reduciendo la concentración de contaminantes, controlar las cargas térmicas y mantener las diferencias de presión.

En conclusión, la sociedad actual pasa la mayor parte de su tiempo en espacios interiores, lo que exige crear lugares más seguros y exentos de contaminantes que puedan poner en riesgo la salud.

Para lograrlo, es necesario llevar a cabo procesos y estrategias que ayuden a alcanzar un equilibrio entre el bienestar y el uso eficiente de la energía. Es decir, asegurar el confort dentro de los espacios cerrados utilizando todas las herramientas disponibles sin dejar de lado el desarrollo sostenible. Ya que, en muchas ocasiones, el control de las condiciones interiores óptimas se consigue a expensas del aumento del consumo energético, generando otras fuentes de contaminación.

Por este motivo, es fundamental contar con personas debidamente formadas capaces de analizar las condiciones del edificio y actuar eficazmente implantando las medidas correspondientes para hacer un uso óptimo de los recursos y mantener un estado de confort y productividad correcto.