26 Jun DESINFECTANTES ALTERNATIVOS: USO DE LA RADIACIÓN UV COMO VIRUCIDA
El uso de productos químicos para limpieza y desinfección ha estado en auge en los últimos meses. Aunque se venían usando de siempre, no cabe duda que la pandemia de Covid-19 nos ha hecho extremar las medidas de limpieza y desinfección y que tengamos una demanda extra en el mercado de los mismos.
No debemos olvidar que los desinfectantes químicos entran en la categoría de biocidas y deben regirse por la Reglamentación vigente, tanto para su comercialización como para su uso. Recordemos que, según el RD 830/2010, existen diversos requisitos para según qué nivel de cualificación, teniendo:
- Biocidas de uso doméstico: Si su uso se realiza en el hogar a nivel de particulares no existe obligación de tener una formación específica. Sin embargo, para aplicarlos a terceros, sí que se debe tener una formación básica.
- Biocidas de uso profesional: Son para aplicaciones industriales y requieren una formación específica, si bien el RD no indica concretamente cuál.
- Biocidas de uso profesional especializado: Deben ser aplicados por personal adecuadamente capacitado, ya sea con el Carnet de Aplicador o certificado profesional equivalente.
También conviene recordar que todas las empresas que realicen servicios a terceros de aplicación de biocidas deben inscribirse en el Registro Oficial de Servicios y Establecimientos Biocidas(ROESB), de su Comunidad Autónoma.
Otro aspecto que no podemos olvidar es que cualquier biocida debe estar autorizado para el tipo de uso que se le vaya a dar. Esto está regulado por el ROB (Registro Oficial de Productos Biocidas), del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social. Para facilitar la consulta, el Ministerio ha publicado una lista de virucidas autorizados, dadas las constantes consultas por parte de los usuarios de estos productos, cuyo uso se ha incrementado tanto.
En resumen, para que un producto químico se pueda usar como virucida debe figurar en el registro y estar debidamente autorizado. El personal que lo aplique deberá estar debidamente cualificado.
Métodos no químicos con eficacia probada de desinfección
Pero, ¿qué sucede con los métodos que no son químicos? Numerosos son los métodos con eficacia desinfectante que se han usado como tratamientos alternativos. A priori, estos métodos no requieren de la autorización pero deben tener eficacia demostrada contra el microorganismo a combatir. Además, tienen fama de ser más limpios y menos contaminantes que los métodos químicos.
Uno de ellos, utilizado con resultados demostrables, es la filtración. Este método retiene los microorganismos con una membrana cuyo tamaño de poro es lo suficientemente pequeño y deja pasar el agua o el aire ya desinfectado. Otros métodos son el uso de calor para destrucción de patógenos, técnicas electrolíticas, ozono, etc.
La problemática que tienen estos métodos es que quedan en una especie de “limbo” legal. Por una parte, no existe prohibición de su uso, por lo que se pueden usar sin incumplir ninguna ley. Pero, por otra parte, deben ser de eficacia probada frente al microorganismo a combatir. Esta última condición es difícil de cumplir ahora mismo, porque recordemos que el CoV-SARS2 es muy nuevo y aún deben estudiarse y aprobarse los estudios que demuestran esa eficacia específica contra el coronavirus.
La luz ultravioleta
En este artículo hablaremos de un método cuya eficacia desinfectante ha sido demostrada tanto para bacterias (se usa mucho en Legionella) como para otros virus, incluyendo otros coronavirus. Este método es el empleo de luz ultravioleta.
La luz es un fenómeno ondulatorio energético. Existen diversos tipos de luz en función de su capacidad ionizante, o, dicho de otra manera, su capacidad para producir alteraciones y muerte celular. La luz se mide en base a su longitud de onda, de modo que una luz con mayor longitud resulta menos energética. A modo orientativo, la luz visible oscila en torno a 380-750nm de longitud de onda, de modo que luces más “largas” serán menos dañinas y viceversa. En el rango de mayor longitud de onda que el visible tenemos el espectro infrarrojo, microondas, así como ondas de telefonía móvil, radio y wifi. Dichas radiaciones, con mayor razón que la luz visible, son incapaces de producir ionización en los tejidos vivos y, por tanto, de producir ninguna desinfección.
Por debajo del espectro visible tenemos la luz ultravioleta, cuyo potencial energético es suficiente como para poder producir efectos desinfectantes demostrados. Las longitudes de onda de 200-280 nm producen alteraciones en el ADN o ARN celular produciendo la muerte instantánea, por tanto, aplicado de forma correcta, produce un efecto desinfectante de amplio espectro.
Las condiciones para poder utilizar este método son bastante claras: se debe usar siempre en superficies previamente limpias, ya que la suciedad impediría la incidencia del UVC siendo ineficaz. Además, se debe restringir absolutamente la presencia de personas durante su uso ya que, al ser ionizantes, resultan también potencialmente cancerígenas únicamente con una exposición directa.
La principal ventaja es que el efecto nocivo de las radiaciones cesa en el momento que dejamos de aplicar el tratamiento, siendo totalmente seguro ocupar el local desinfectado a partir del momento en que apagamos la lámpara. Además, no daña las superficies ni las oxida.
No obstante, tiene el gran inconveniente de que todavía está en estudio para el CoV-SARS-2, por lo que su uso como tratamiento único podría estar desaconsejado, al no ser un método autorizado. Por tanto, su uso se debería restringir a ser un método de apoyo para complementar el uso de desinfectantes autorizados, por lo menos hasta que se autorice su uso contra el nuevo Coronavirus.
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