14 Abr ¿OZONO COMO VIRUCIDA?

La epidemia provocada por el COVID-19 y los devastadores efectos que está provocando tanto en la salud de la población como en la sociedad en general, está generando la búsqueda de nuevas soluciones para el tratamiento de equipamientos e instalaciones frente a este virus.

Se están probando distintas alternativas y, entre ellas, una de las que está creciendo de forma exponencial es el tratamiento con generadores de ozono. La ozonización tiene defensores y detractores, pero no debemos ser ajenos a que es una técnica que actualmente, no sólo se está empleando, sino que su utilización se está extendiendo.

Es importante tener en cuenta que la ozonización es una técnica utilizada desde hace tiempo en el tratamiento de agua como desinfectante tanto para aguas potables como para aguas residuales y su eficacia está comprobada y avalada científicamente.

La controversia surge cuando esta misma técnica se utiliza para tratamientos ambientales como virucida, cuando en la actualidad, el ozono no se encuentra en el listado de virucidas autorizados ni registrados en España por el Ministerio de Sanidad. En este caso, aunque se pueda utilizar ya que no existe prohibición expresa, siendo de hecho cada vez más las empresas que ofrecen estos servicios y, aparentemente, con resultados positivos, no existe evidencia científica de su eficacia.

Es importante reseñar que la desinfección con ozono no ha sido evaluada a nivel nacional ni europeo. Sin embargo, al no existir prohibición para su uso, es una técnica que se puede utilizar sólo si ha sido notificado de acuerdo a la Disposición Transitoria segunda del RD 1054/2002 y siempre bajo la responsabilidad del fabricante, comercializador o empresa aplicadora.

Por otra parte, encontramos como el ozono se está utilizando de forma experimental incluso en otros ámbitos como por ejemplo, para el tratamiento de pacientes afectados por el coronavirus. Es el caso de la Policlínica Nuestra Señora del Rosario donde el pasado día 9 de abril recibía el alta el primer paciente tratado con ozono.

En conclusión, hay que tener en cuenta que el ozono forma parte de nuestra realidad actual y parece que ha llegado para quedarse, por lo que se hace necesario lo antes posible, que los legisladores y autoridades competentes publiquen una regulación normativa específica sobre sus usos, ámbitos y técnicas de aplicación, autorizaciones, formación autorizada del personal encargado de su aplicación, etc. que avalen su eficacia y, sobre todo, que garantice la salud y seguridad de las personas.