calidad de aire interior

CÓMO MANTENER LA CALIDAD DEL AIRE INTERIOR

La Calidad Ambiental Interior (CAI) engloba todos los aspectos que afectan al nivel de calidad, bienestar y confort de un espacio interior. ¿De dónde viene este concepto? Lo veremos a continuación.

Desde los años noventa se vienen detectando síntomas en los edificios que responden a un nombre: Síndrome del edificio enfermo. ¿Qué es? La definición dada por la Organización Mundial de la Salud (WHO) incluye la suma de enfermedades estimuladas o, en algunos casos, causadas por la acumulación de determinados contaminantes en el aire contenido en espacios cerrados lo que provoca que las personas muestren una serie de síntomas mientras permanezcan en el edificio, desapareciendo al abandonarlo.

Estos contaminantes pueden incluir agentes de tipo microbiológico, comenzando por cualquier virus de resfriado, pasando por cepas diversas de gripe, y llegando a enfermedades extremas como pandemias como el COVID-19.

En los lugares de trabajo, las personas deben convivir de forma cercana y este hecho va a facilitar de forma inevitable los contagios de enfermedades concretas, especialmente aquellas que afectan al sistema respiratorio como las nombradas arriba.

Según datos científicos, el aire es un vehículo ideal de transmisión, especialmente si ese aire no se renueva cada ciertos ciclos o existen zonas muertas donde no se da renovación alguna del mismo.  Por ello, todo el mobiliario de oficina y talleres debe ser diseñado para intentar evitar el depósito en superficies de todo tipo de microorganismos y su persistencia.

Datos generales hablan de que un microorganismo se reproduce cada dos horas, necesitando agua, nutrientes y temperaturas medias de 15 a 36 grados centígrados. Si dejamos la oficina el viernes a las tres, podemos imaginarnos la cantidad de organismos que nos estarán esperando el lunes si no se toman medidas que garanticen una calidad de ambiente interior.

Otro punto vital es el proyecto de diseño inteligente de los edificios, que debe cumplir una serie de requisitos para que una vez construidos, puedan ser operados y mantenidos  de manera acorde a la normativa aplicable y con las necesidades actuales de sostenibilidad.

Todo esto va a revertir en factores que nos van a permitir mantener una calidad de aire interior acorde con las necesidades del edificio y de las personas que lo usan a diario. Estos factores van a incluir :

  • Calidad del aire y confort
  • Calidad Acústica
  • Calidad de iluminación
  • Control de presencia/ausencia de Agentes Químicos
  • Ergonomía y Psicosociología

Respecto a la calidad del aire, debe garantizarse unos parámetros específicos según el RITE relaccionados con la calidad del aire ambiental, la humedad en el ambiente y el confort térmico. El aire no debe contener contaminantes en concentraciones específicas o minimizar los mismos según los usos de los locales por la normativa correspondiente. Asimismo, debe garantizarse un espacio confortable para la mayoría de los trabajadores.

En la categoría de la calidad acústica, debe evitarse la contaminación acústica del espacio incluyendo ruidos inoportunos que puedan molestar o dañar a los usuarios. Será importante por tanto en la fase de diseño del edificio atender a criterios que disminuyen los decibelios ambientales emitidos por elementos como el sistema de aire acondicionado o los ventiladores. Este factor afectará también a la elección de materiales para superficies y suelos y a la envolvente del edificio para mi minimizar ruidos del exterior.

Con relación a la iluminación de espacios, los usos de los diferente espacios marcarán la cantidad de iluminación de cada uno de ellos. Debe incluir el estudio de exceso o escasez de iluminación y fatiga visual, que han de controlarse mediante la medición de los lux (unidad de medida de la luz) adecuada a las tareas a realizar.

Acerca de la ergonomía, se ha de tratar al máximo de mejorar la calidad del trabajo y del espacio en el que éste se desarrolla, diseñando previamente la disposición de los puestos de trabajo y las tareas que se harán en cada uno, diferenciando por ejemplo que el estar de pie o sentado y las horas dedicadas a cada tarea.

Para el control de la calidad de aire interior habrá de medirse diferentes parámetros habitualmente asociados al aire acondicionado. Es el caso de contaminantes como el CO, CO2, partículas, etc.  Ello incluirá mediciones concretas en función del uso particular del edificio.

Deberá existir un programa de operación y mantenimiento del edificio, que incluya instrucciones técnicas de operación y mantenimiento de los equipos, seguimiento y vigilancia de sistemas, asegurando los parámetros de diseño de estos.

Cuando se detecten problemas, habrá que abrir partes de trabajo para resolver el problema, con su correspondiente seguimiento. Los problemas más comunes suelen estar relacionados con el aire acondicionado y, en un porcentaje importante de casos, se deben a la falta de mantenimiento o a un cambio en el uso original de diseño de los puestos de trabajo.

Una calidad de aire interior adecuada va a necesitar servicios de mantenimiento de tipo integral, operando según normas de tipo estándar como la norma UNE 171330-2 de calidad ambiental interior. En base a esta norma y siguiendo todos sus puntos podrán preservarse las condiciones ambientales adecuadas, a través del correcto uso y mantenimiento de los equipos.

Será importante que la empresa mantenedora mantenga el control de la calidad de aire  incluyendo la operación y mantenimiento (preventivo, correctivo y predictivo)de todos los sistemas implicados.

 

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